5 Principios para comprender el tratamiento de la depresión más allá de la farmacología.
En 1973, el analista de conducta norteamericano, Charles Ferster, publica un artículo titulado A Functional Analysis of Depression, trabajo que fuge como uno de los pilares para el desarrollo de la Activación Conductual (AC, de aquí en adelante). Siguiendo el análisis de Ferster, podemos definir a la depresión como una situación caracterizada por
una disminución de conductas reforzadas positivamente y/o un aumento de conductas reforzadas negativamente.
Es decir, situaciones que antaño fueron valiosas, pierden su sentido (disminución de reforzamiento positivo), producto de múltiples situaciones de la vida cotidiana (muerte de algún familiar, una ruptura amorosa, fracasos académicos o laborales, padecimiento de alguna enfermedad, etc.), lo cual supone un desequilibrio importante en nuestra vida. Dichos cambios (inherentes, repito, al hecho de estar vivos) suelen tener un impacto doloroso en nuestras vidas.
El mundo deja de ser un lugar “habitable”. Aislarnos de él, más allá de ser un comportamiento desadaptativo, supone un intento de habitar dicho mundo. Evitar situaciones para resguardarnos en nuestra cama, en nuestro empleo, en nuestro hogar (reforzamiento negativo), son intentos que a corto plazo nos son funcionales, pero a largo plazo el costo suele ser mayor.
La comprensión conductual de la depresión, ha permitido desarrollar tratamientos que prescinden de la ingesta de fármacos y que han demostrado su eficacia frente a la farmacología, como la AC (ver Dimidjian, Hollon, Dobson, Schmaling, Kohlenberg, Addis, Gallop, McGlinchey, Markley, Gollan, Atkins, Dunner & Jacobson (2006), Randomized Trial of Behavioral Activation, Cognitive Therapy, and Antidepressant Medication in the Acute
Treatment of Adult) . Queremos compartir contigo, lector, 5 puntos esenciales para comprender la AC, con la finalidad de que te familiarices con la intervención.
1. A veces, las estrategias que empleamos para hacer frente a la depresión, pueden
ser más parte del problema que una verdadera solución.
2. Por ejemplo, asilarnos de ambientes que nos eran agradables, esperando regresar
a ellos hasta que nos sintamos “bien”. A esto le llamamos: la trampa de la
evitación.
3. Para hacerle frente a la depresión, es importante que tu terapeuta te ayude a
identificar qué antecede a la evitación y qué sigue a dicho comportamiento.
4. La alternativa a dichas estrategias, es estructurar, mano a mano con tu terapeuta,
actividades que se guíen por un plan, no por tu estado de ánimo.
5. Recuerda, la depresión es inherente a los cambios que experimentamos en la vida.
Para salir de ella, el secreto está en cambiar lo que hacemos… poco a poco.
Los cinco principios anteriores, junto con otros, componen la intervención en AC (Martell, Dimidjian & Herman-Dunn, Behavioral Activation for Depression. A Clinician’s Guide). En entradas posteriores ahondaremos en la intervención. Sin embargo, es importante hacer especial hincapié en la depresión como parte inherente de la vida. Más allá de la patologización del fenómeno, lo relevante en terapia es comprender qué mantiene la depresión para, posteriormente, poder salir de ella.
¡Hasta la próxima!
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